viernes, 31 de mayo de 2013

Ojos...

El ojo está cubierto con uno ojo cubierto con ojos cubiertas, como las de los barcos, así son los ojos cubierta. El ojo es como un barco que transporta heridas, violencia y dolor. Pero guarda en su guardabuques esperanza, animalías, deseos y muchas ilusiones de colores, para los que cierran los ojos cuando no encuentran palabras para describir lo que sienten, o lo que buscan.
El ojo... tiene una cubierta.
Es la cubierta de un ojo cubierto de ojo, y es su grande enojo el que lo cubre con su cubierta de ojo sobre sus ojos para taparle el ojo a los que no ven pero espían. 
Es su ojo el del ojo quien abre los ojos para destapar la cubierta de los rayos cubiertos de cubiertas que lastiman los ojos cuando los ojos se cubren de otros ojos cuando temen ser descubiertos mientras se esconden en sus cubiertas, o se cubren de anillos para no ser vistos por los ojos que lastiman.
Hay ojos que lastiman con heridas profundas, pero ellos no son vistos por otros ojos, antes son lastimados los labios las manos y los abrazos, para cuando abren los ojos el daño está hecho y no hay cubierta que cubra del dolor.
Si existiera un ojo más allá de los ojos, todos los ojos dejarían descubiertas sus pestañas y las cubiertas estarían empapadas de lágrimas esperando su parpadear para continuar entonces parpadeando y no cerrar los ojos.
Si tus ojos se cierran no hay manera de descubrir tus secretos tus fantasías ni tus miedos, no hay esferas que cubran tus lentos parpadeos, no hay esperanzas o sueños al descubierto, no hay palabras para ver o decir.
Si tus ojos se abren se abren las ventanas, se abren las puertas, se abren mis labios que besan tus ojos mientras duermes o los cierras para descubrir a los espías que se meten para copiar lo que dibujas en tus pupilas, pupilas que son espejos de lo que en ti despierto de lo que de ti deseo.
Si tus ojos algún día se cierran no dudes que me iré a cubierta encubierta de un ojo que rescata espejismos para engañar a los barcos, marineros y capitanes que intenten cruzar nuestro mar y nuestro viento. Y si eso llega a suceder, ten por seguro que serán mis ojos los que cubrirán tus enormes pestañas, cuando cierres los ojos no habrá quizá palabras, pero habrá mordidas alrededor de las heridas. Aunque sea lo último que haga abriré tus ojos y me meteré en ellos antes de no volverte a ver abriéndolos.